viernes, 18 de diciembre de 2009

Ver Sacrum



Únete a mí. Únete a mi lucha. Únete a mi sueño. Vibra conmigo. Miremos al futuro con valor y desafiantes. Sepamos que podemos hacer cambiar de dirección al gigante esférico hipnotizado que lleva girando automáticamente millones de años.

Dame la mano y sujétala con fuerza, porque nos vamos a necesitar, porque nos van a necesitar, porque les vamos a necesitar. Ahora llena tus pulmones de aire, tanto como si fueran a estallar. Y ahora otra vez. Y una vez más.

No hace falta más saliva, ni más tinta, ni más savia bruta. No hacen falta más hojas de papel, ni más acordes, ni más estética.

Necesitamos poesía natural, orgánica, y libre. Necesitamos hacer poesía con nuestra vida. Pero no cantos que se oigan a lo largo y ancho del mundo, sino un canto que suene débilmente en cada corazón humano.

Siente el frío que te rodea y que te quema la cara y que quiere herir tu corazón.

Y ahora que ya está todo listo, ahora que estamos preparados, ahora que vamos a quemar nuestros pasos en una sola dirección, que vamos a inflamar el alma de la única razón incandescente para inyectar sangre tibia al mundo, te pido que nos miremos.

Déjame pedirte con infinita humildad que gires tus pupilas magníficas y victoriosas hacia mi, que me dejes reflejarme en tus iris desnudos, que me permitas saborear tan solo un miligramo de tu infinito y tiernísimo amor.

Hagamos ya la apuesta y pongamos nuestro corazón como prenda.

Eso es una victoria segura.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Oniris


Él duerme. Él duerme profundamente. Él duerme despreocupado, duerme a pierna suelta. Él ronca. Él sueña. ¿Qué sueña? Sueña que sueña. Sueña soñando y soñándose. Pero no se despierta, porque el sueño aún le sabe a poco. Es demasiado interesante como para despertar ahora. Aunque él sabe que duerme, pero eso lo hace más apasionante. Pisa el Sol, sus pies desnudos acarician la piel del Sol, y está tibia. Es agradable.

Ahora respira agua. Agua fluyendo dentro y fuera de su pecho. Fluyendo libre, fluyendo viva. Eso le refresca. Le enternece.

Él come hierba. Mastica las tiernas briznas cubiertas de rocío. Él saborea el verdor del Norte, saborea el espesor tropical del Sur.

Él hace el pino en una nube. Con las dos manos. Con una mano. Y se columpia de las estrellas. Constelaciones y juguetes. Juguetes y constelaciones. Cinturón de Orión.

Y salta de una estrella a otra. Y a cada salto suena una nota. Algunas bonitas. Otras no.
Esta sí. Esta también. Esta no.

Y en el último salto todos sus músculos se congelan. Rigidez. Ni un sólo movimiento. ¡Quieto! Es como hielo. Los hilos le levantan. Los hilos le tumban. Como una marioneta. Pero no es una marioneta. Es libre. Y está frío. ¿Por qué? Porque le han tumbado sobre el hielo.

¡Y qué cómodo es dormir sobre hielo! Hielo congelado, duro y transparente. Hielo natural. Hielo que sana y duele, a la vez, hielo síncrono.

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Ella duerme. Ella duerme preocupada, duerme a duermevela. Ella respira. Ella sueña. ¿Qué sueña? Sueña que sueña. Sueña soñando y soñándose. Pero no se despierta, porque el sueño aún le sabe a poco. Es demasiado interesante como para despertar ahora. Aunque ella sabe que duerme, pero eso lo hace más apasionante.

Ella tiene alas y vuela. Vuela arriba y abajo. Y arriba y abajo. Y abajo y arriba. Y aun más arriba. Ella se sienta en la Luna. Y está blandita. Y no es de queso, sino de nata montada. Besa la Luna. Y es dulce. Muy dulce. Su lengua baila con la nata, y la Luna baila con el sueño de ella.

Ella baila. Baila desnuda. Desnuda de miedos. Vestida de papel. Papel de seda, de ese que se arruga. Papel femenino, femenino e incógnito. Con cintas en el pelo. Cintas rosas y amarillas. Rosas como lo que se esconde debajo de las uñas. Amarillas como los destellos de su iris.

Ahora ella corre. Corre lejos. Corre arriba de la montaña, donde el aire es ligero y huele a nada. Nada le duele. Sigue corriendo. Menos aire. Sigue corriendo. Menos aire aún.

Se ahoga en su propio afán. Lenta agonía de victoria. Y entonces reposa. Sobre sí misma, recostada. Recostada en su costado, de costado en la costa.

Las olas relajan las plantas de sus pies. Porque están doloridas. La espuma de las olas le hace cosquillas entre los dedos de los pies. Y el sonido de las olas le encanta. Le encanta como el olor a galletas de su abuela. Como el calor de la leña crepitando en su salón. Como los abrazos de perfume y como los susurros con lágrimas. Pero no lágrimas amargas. Lágrimas tiernas.

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Tiernas como las briznas de hierba que él come. Tiernas como las lágrimas que a ella le susurran.

Tierna como la vida misma


martes, 8 de diciembre de 2009

Djem puiw



al comienzo sólo un humilde parpadeo
insignificante, esquivo, tímido
un parpadeo diminuto y fugaz

y la empatía reúne parpadeos
que silenciosos entonan
la oda de los sisbrisados

repentinas lúminas
que penetran los ópices de mimbrel
frigiando el desencanto, la dulzura y la miel

rempasos de fedonia
que acarrean sinteles de tu iris
y que silabean arpegios encadenados
vuelan esta noche y las demás
anhelando tu deshielo y mi inherencia

glory

majesty

y también humility

descansa de tu epopeya reina blanca
que los coros de los hombres
vienen a salvarte

viernes, 27 de noviembre de 2009

Conclusiones sobre el estudio de la raza humana





Madrid a 05/12/09

Conclusiones sobre el estudio de la raza humana

Querido 74NCS2337:

Ya llevo 20 años estudiando a la raza humana. Como estaba establecido en las cláusulas de la misión que me encomendasteis desde el CSEVA (Consejo Superior para el Estudio de la Vida Ajena) con este correo adjunto mi informe sobre el estudio de esta raza, la humana, al igual que unos apéndices con material gráfico sobre sus costumbres, tradiciones, cultura y un último apéndice (que considero sumamente importante, pues era un concepto nuevo para mi) que recopila información sobre lo que los humanos llaman "sentimientos".

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La raza humana es una raza muy diferente a las que estamos habituados a estudiar. Tecnológicamente es muy inferior a la nuestra, por lo que no supone un riesgo para nuestra supervivencia, pero tiene un alto potencial de desarrollo, ya que es la curiosidad y el afán por el saber lo que les impulsa a seguir investigando y aplicando lo que llaman "ciencia" a sus nuevos inventos y descubrimientos.

Se organizan mediante Estados o Países, la mayoría de ellos provienen de una configuración histórica y están formados por una Nación o pueblo (grupo de personas con la misma cultura, tradición, idioma, historia...) aunque a veces se dan irregularidades en esta configuración.

Estas irregularidades han sido origen de guerras y desavenencias entre diferentes Estados, o de forma interna, produciéndose guerras civiles o división de Estados.

Dentro de los Estados, se organizan de diversas formas, la más habitual es la democracia (sistema en el que el "poder" reside en las personas, estas eligen representantes) aunque no siempre funciona adecuadamente. En otros Estados del mundo se observan dictaduras (todo el poder reside en una persona) que habitualmente acaban por corromper a los dictadores y siembran grandes desigualdades sociales.

A nivel mundial se puede observar una situación muy parecida al comportamiento de los humanos cuando aún son crías (niños lo llaman ellos). Algunos niños tienen más juguetes que otros, más películas, comida más rica... En función de la familia en la que les ha tocado nacer; cuando los niños se percatan de estas diferencias (en el colegio) habitualmente es la indiferencia o incluso el orgullo de ser más poderosos los sentimientos (ver documento adjunto) que experimentan. De tal forma que los seres humanos no conocen la caridad, la solidaridad, el compartir y el desprendimiento hasta que crecen un poco más.

De tal forma que quiero creer que ocurre lo mismo con el orden político mundial. Bajo mi punto de vista, y con un anhelo que incita mi opinión, algunos Estados son todavía como niños, egocéntricos y despreocupados por todo lo que no les cambia su orden estatal o su bienestar, mientras otros países lloran y se lamentan por la mala suerte que han tenido. En mi opinión, cuando estos Estados crezcan y se desarrollen, empezarán a madurar en su actuar internacional.

En cuanto a su moralidad y los principios que rigen su actuar hay mucha diversidad.

Al igual que nosotros, en las sociedades se observa el fenómeno religioso, aunque hay una gran diversidad de religiones hay tres mayoritarias: el judaísmo, el cristianismo y el Islam.
Las dos últimas provienen del judaísmo, siendo esta la más primitiva y el origen de las otras dos.

Estas religiones tienen además de unos credos parecidos, unas moralidades provenientes de sus credos muy diversas. De tal forma que los habitantes creyentes del mundo rigen (o dicen regir) su actuar mediante la moralidad deducida de su credo, haciendo converger razón, conciencia y fe.

En cuanto a la población agnóstica mundial rige (o dice regir) su actuar mediante los principios de la razón y la conciencia.

En las sociedades del mundo se encuentra también un fenómeno que los humanos denominan arte. Básicamente el arte es la expresión de los sentimientos (ver apéndice) mediante una expresión sensorial (visual, auditiva, táctil...) que despierta los sentimientos del que recibe los impulsos sensoriales provenientes de una obra de arte.

De todas formas, se observan grandes lagunas que impiden el desarrollo de los habitantes, sobre todo en las sociedades occidentales. Existen numerosos fenómenos que siembran la vida de los occidentales de inseguridad, desilusión, apatía y fragilidad. Por ejemplo, la ligereza con la que toman sus compromisos vitales entre dos seres humanos, todos los actos que atentan contra la vida humana: de forma criminal (homicidio, tortura, extorsión, chantaje...) y de forma criminal, pero oculta a muchas conciencias (aborto, eutanasia...). Además a todo esto se suma el ritmo de vida de las sociedades consumistas, en las que la persona cobra valor en función de sus posesiones; estas sociedades consumistas están derrochando la riqueza natural de su planeta para llenar con el consumismo el vacío que deja en sus vidas la poca calidad de sus relaciones humanas.

De tal forma que en estas sociedades se observa un mecanicismo y un tremendo individualismo que, en mi opinión y en los resultados me baso, está desarraigando a la persona de su realidad más profunda, haciéndola incapaz para establecer relaciones interpersonales desinteresadas y de calidad, lo que conlleva una inestabilidad y una infelicidad a lo largo de la vida de las personas, que son incapaces de ver más lejos de su propia desgracia.

Como conclusiones sobre el estudio de la raza humana encuentro que es una raza aún muy joven que todavía no se ha estabilizado en ningún tipo de orden social y personal, por lo que es un mundo muy caótico a día de hoy.

A pesar de ello, he encontrado que la raza humana, y debido a lo que ellos llaman sentimientos (ver apéndice), tiene un gran potencial para convertirse en una raza, en la cual, las sociedades aseguren el pleno desarrollo personal, de forma íntegra, coherente, solidaria y empática, con una organización estatal justa, que asegure un orden político, económico y social perfecto y equitativo.

Son ejemplo de ello todas las iniciativas ecológicas, solidarias, de no-violencia, de desarme, y movimientos altruistas que dan esperanza a la situación actual de su raza.

En este aspecto tendremos mucho que aprender de ellos en los próximos años, pero mientras tanto confiemos en que algún día se atrevan a dar ese salto mortal. Porque quien tiene una misión, tiene que cumplirla aunque se suma en el más profundo y tenebroso abismo, aunque se le exija un salto mortal sobre otro salto mortal.




Me despido y vuelvo a casa, con la esperanza de que mirando el contenido audiovisual adjunto y el apéndice sobre los sentimientos hayáis conseguido entender y asimilar la raza humana, a la vez que compadeceros por su situación pero alegraos en la esperanza de su cambio inminente.

Un saludo

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Tarde de Martes




Batido de fresa, hamburguesa con queso, tarta de queso y dulce de leche, brownie, cookies, sandwich mixto, helado de vainilla, Coca-Cola, helado con soda, soda con helado, soda con soda, palitos de mozarella, nachos con queso, batido de chocolate con chocolate batido, fresas con nata, nata montada, pastel de manzana y un café, latté por supuesto.

Ah! y una buena conversación que también es importante.


Ética exegética

Mírate, míranos. Sé que no es lo mismo de antes, sé que estás desgarrada, que en tu pecho hay una herida que hace tiempo que no se cierra, sé que hace mucho que no respiras aire puro, solo humo, humo, humo y más humo.

Sé que has vivido mucho, me asusta contar tus años. Sé que nunca descansaste, siempre estuviste ofreciendo lo mejor de tí, de tus bosques, de tus playas, del corazón ígneo que te reviste y te puebla, siempre estuviste entregándote a todos y cada uno de tus hijos, aun cuando no te devolvían el mismo cariño.

Sé que nunca fuiste la eterna promesa, ni el nuevo mundo, ni la aventura, ni la emoción. Sí, es cierto, fuiste pionera en casi todo, ¿pero realmente mereció la pena?

Mira tu historia y todas las lacras que arrastras, aunque no fueran culpa tuya.



Quizá hoy te alaben, quizá hoy el mundo quiera asemejarse a tí, no por tu grandeza, sino por tu fachada seductora y por tus palabras progresistas, y aunque eso me entristezca profundamente, sé que eres símbolo de grandes ideales también, sé que eres bandera de nobles corazones.

Por eso te propongo soñar juntos, volar hasta que el Sol se apague, correr juntos, de la mano para construirte de nuevo, para destilar tu esencia y purificar tu mirada.

Ese es mi compromiso, ¿estás dispuesta a aceptarlo vieja Europa?

martes, 13 de octubre de 2009

Microcosmos



Súbase encima de un hoja diminuta,
póngala bajo sus ligeros pies,
trepe hasta lo alto de un trébol,
contenga la respiración,
un poco más aún;

déjese caer, cortando el aire con la hoja,
planeando sobre la gravilla
y la corteza del jardín,

aspire el aire tibiamente gélido,
hasta que note un hormigueo en sus pulmones,
ese hormigueo se llama Limpausa,
por lo menos aquí, en mi mundo.

Divise alguna hormiga,
dígale "Adiós" con la mano,
y mire al horizonte,
a ese superlativo horizonte,
que amanece tan temprano y tan húmedo y tan fresco,
pero que no es más que sublime poesía.

Y entonces, y sólo entonces,
anímese a cantar algo aporético
apologizando el apocalíptico apodo
de Apolonio.


Apogeo revestido de guirnaldas. Carmesíes.


hágase primero pequeño, ya hablaremos después de ...


domingo, 6 de septiembre de 2009

Perfume Verde Oscuro


velocidad de obturador a 60 segundos
filtro verde oscuro
¿que las ventanas por la noche no son verdes?¿que eso es irreal?
mágico lo llamo yo




La noche huele a verde oscuro, a pino destilado y a licor de ciprés en frasco pequeño; y yo con insomnio, gracias a Dios.

Salgo volando por la verde ventana de mi habitación que me está susurrando que huya, desde aquí arriba las luces de los coches son verdes, y las de las farolas también, los besos robados son verdes y las lágrimas de las despedidas verde oscuro tirando a verde

Cuando sobrevuelo Narbonia desciendo hasta llegar a sus jardines, jardines elegantes, románticos, estéticos, épicos. Paseo entre sus frondosos setos, y juego al escondite con mi verde sombra.

Me descalzo, porque la hierba con zapatos se pisa, y sin ellos se asimila. Me asimilo con el jardín, con la melodía verdosa que arrastra el viento y tras un largo pasillo tejido con una pérgola de enredadera llego hasta la orilla de un estanque iluminado.

Uno, dos, tres escalones hasta hundir mi pie en el agua verde oscura, cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve hasta estar completamente sumergido en ese océano verde de 15x10 metros cuadrados. El mundo se ve curioso desde aquí dentro, una sirena verde pasa por delante de mí, y un delfín verde me acaricia un pie... siete, ocho, nueve escalones y ya estoy fuera, ahora si me he mimetizado.

Una mano me acaricia el rostro, suave al tacto, delicada, frágil. Pertenece a una mujer, con un vestido largo entallado y verde oscuro. Acerca su boca a mi oreja y me dice: "Ceux qui rêvent éveillés ont conscience de mille choses qui échappent à ceux qui ne rêvent qu'endormis". Y yo sin entender muy bien sus verdes palabras me deshago de su abrazo.

Cierro los ojos, aspiro, inspiro, respiro, expiro parfum vert foncé.


domingo, 30 de agosto de 2009

Sisbrisia




Ven, sentémonos aquí un rato a esperar, a esperar a que la lluvia nos pille desprevenidos, a que las palomas nos hagan burla y a que la gente vaya y venga sin fijarse en nostros.

Aquí a mi lado, te enseñaré cómo gira el mundo, aun cuando nos hemos bajado un instante de él, como sigue con su inercia, su cabezota inercia. Será entonces cuando te des cuenta de que no tengo nada que enseñarte, que todo lo mío es tuyo, desde antes de conocerte; que mi vida vale poco, y con ese poco compraré tu felicidad, si tu me dejas.

Porque tu y yo vivimos en el mundo, pero no somos del mundo, porque tenemos nostalgia de un tiempo infinito, de un país multicolor y musical, sobre todo musical. Porque tu corazón se hace cada vez más grande, con cada herida, con cada rechazo, con cada amor, con cada caricia, más y más grande, infinitamente más grande que el mío.

Y es en ése corazón tuyo donde yo quiero dormir, dormir a pierna suelta, como un bebé, como un lirón, como una marmota, y reirme de tanto dormir.

Ven conmigo, sentémonos aquí un rato a pensar, a hacer planes, para luego reirnos de ellos, a inventar el futuro llevando la contraria a los partes meteorológicos y al Otoño, y al Invierno y al Verano, dejándo que la Primavera nos sorprenda.

Yo silbaré una melodía para que dances libre, como el agua, como la savia bruta y como el líquen en la roca.

Y tú me susurrarás palabras vivas, que me estremezcan de ternura, que me llenen de fuego, porque gracias a ti carezco de todo y abundo de todo



jueves, 27 de agosto de 2009

Manifesteer




Gracias pero no.

Creo que se muy bien quién quiero ser, y en qué clase de hombre me quiero convertir. No necesito de vuestros modelos, de lo que llamaís vida cotidiana o tiempos modernos y que plasmaís en series televisivas y películas, porque claro, en los libros la gente pierde mucho tiempo y además, ya se sabe, una imagen vale más que mil palabras.

Creo que me siento perfectamente bien con mi cuerpo y que adoro mis imperfecciones, porque son las que me hacen y me dan personalidad, asique muchas gracias, pero no quiero vuestros moldes perfectos para fabricar belleza.

Definitivamente no me gusta la filosofía moderna, que salva a los árboles y mata a los niños (interrupción dicen ellos), esa misma filosofía que embotella la felicidad con 40º y una nota de consumo responsable.

Creo que por favor, perdón y gracias, son realmente las palábras mágicas y que cambiarán el mundo.

No me gusta la filosofía moderna del compromiso con fecha de caducidad y del amor en contrato, de lo socialmente establecido y lo políticamente correcto, de los daños colaterales, del número de identificación y de que las personas sean o clientes o compradores en potencia.

Creo que la música es algo más que MTV, que el cine es algo más que Hollywood, que la comida es algo más que una necesidad natural y que las conversaciones son cara a cara y que tras una pantalla sólo hay ficción.

No me gusta que la belleza se mida entorno a 90-60-90, y que la sonrisa no pueda ser inocente. Tampoco creo en la hipocresía del diálogo como primera opción y un ejército por si falla la primera opción.

También creo que somos más que el bípedo implume, o el animal racional, o el homo sapiens, o el conjunto de células organizadas complejamente; que somos diferentes entre nosotros, sí, ¿y qué hay de malo en eso?, nuestro diseñador no ahorró en originalidad, gracias a Dios.

Gracias pero yo la copa no la lavo por fuera, la lavo por dentro. Y la lavo, no creo en un mundo de usar y tirar, de que el tiempo se compre con dinero, de horas extra, de turno preferente y de horario de citación. Rechazo toda clase de violencia, y sí hermanos sí, es o TODO o NADA.

Gracias pero creo que yo solo me las puedo apañar para ser una buena persona, y no necesito moralistas, ni éticas baratas de moda, ni de pedanterías, ni de aparentar, ni de mejorar la imagen personal, ni de tendencias, ni de allí donde fueres haz lo que vieres, ni de la vida son dos días.

Yo soy más de la originalidad de cada uno, de la libertad, de la responsabilidad, del altruismo, de la radicalidad y la coherencia, de que tu felicidad resida en la felicidad del otro. Yo soy más de disfrutar de la vida, que de ir tirando, soy más de ver la belleza en la naturaleza y no en las materias primas. Y a pesar de lo que digaís, el mundo es un lugar bello y hermoso que merece la pena construir y mejorar, porque si en algo estamos de acuerdo es en que la esperanza es lo último que se pierde.

viernes, 21 de agosto de 2009

Armonique

Version1


Version2


- Bessie, este tren se mueve demasiado.
- No es el tren, eres tu.
- Además, ¡aun no sé dónde nos está llevando!
- Fuiste tu quien compró los billetes cielo.
- ¿A sí?¿Y con que dinero los pagué?.
- Pues con el dinero que teníamos reservado.
- ¿Reservado para qué?
- Reservado para los billetes que teníamos reservados.
- ¿Reservados hacia dónde?
- No lo sé, tu los reservaste.
- ¿Yo los reservé?
- Si cielo, tu los reservaste.
- Yo los reservé, pero no recuerdo que dijeran que era un tren tan incómodo.
- Es que estás sentado encima de la maleta.
- Es para que no nos la roben.
- Cielo, no tenemos nada de valor en la maleta.
- Shhh, pero eso ellos no lo saben.
- Nadie te quiere robar nada cielo.
- ¿Nadie me quiere?
- Nadie te quiere robar nada, claro que mucha gente te quiere cielo.
- ¿Tu me quieres no?
- Claro cielo.
- Yo también Bessie.

martes, 18 de agosto de 2009

filosofía para todos los públicos



- Oye papá, ¿por qué siempre sonríes a todo el mundo?, aunque sean personas malas que te quieren hacer daño o que no les gustas, ¿eh papá?, y cuando estas triste nunca me doy cuenta porque siempre sonríes, igual que cuando la abuelita subió al cielo, que el tío Juan y el tío Roberto y la tía Julia lloraban y tu sonreías... ¿eh papá?

- Pues mira hijo mío, porque una sonrisa sólo trae buenas consecuencias, además, ¿a que cuando tu tienes miedo o estás triste y ves mi sonrisa te alegras un poquito?

- Si papi.

- Pues por eso es que siempre sonrío, pero eso no significa que a veces no esté triste. Pero hay que ver el lado positivo de las cosas, y ver lo bonito y lo bueno de todo lo que nos pasa en la vida, ¿no crees que la gente que siempre ve lo bueno de las cosas está más contenta?

- Si papá, es como cuando he comido mucho helado y me duele la tripita, no lloro porque veo el lado bueno, que he comido mucho helado.

- Además, hijo mío, es un gesto de libertad, porque aunque la vida te haga estar triste, tu puedes rebelarte y decidir libremente gastarle una broma a la vida y sonreir.

- ¿Qué es relebarse papi?

- Rebelarse es no hacer caso a una norma que no es justa.

- ¿Y qué es la libertad?

- Pues la libertad es lo que te doy yo a ti, cuando damos un paseo por el campo y tu correteas lejos de mi, entonces yo no te obligo a que estes a mi lado, sino que eres tu el que libremente vuelve de vez en cuando a ver donde estoy yo, y para comprobar que no te has perdido.

- Es que Federico, el de mi clase, dice que libertad es hacer siempre lo que te de la gana, pero si yo me voy muy lejos de ti en el campo tengo miedo y no se adonde ir.

- Claro, por eso libertad es que tu quieres que yo esté contigo pero también quieres explorar el mundo tu solito, y aunque yo no te diga que vuelvas cuando ya te has ido muy lejos, eres tu el que vuelves a ver donde estoy yo, aun sabiendo que si te pierdes iré a buscarte.

- ¡Sí!, porque eres el papi más fuerte de todos.


lo-fi


- hay gente que se empeña en llamarlo cotidianidad
- ¿coti... qué?
- cotidianidad - repitió desanimado Meroveo, mientras aspiraba el humo dulzón de su cigarrillo.
- ¡qué cosas tiene la gente! - dijo automáticamente Tábata, que siempre acostumbraba a ser muy expresiva.
- es por eso que no debemos caer el la cotidianidad porque el individuo alienable y enajenable nunca debe tener esa sensación pseudoreconfortante de un hogar cuasiplacebo...
- mmm...
- ... ya te lo explicaré más adelante... en el que se sienta reconfortado y de esa manera denigrado a una oclusión dialéctica... - prosiguió Meroveo, como recitando a un gran Séneca o a un gran Vian.

Mientras Tábata se asombraba ante la disertación de Meroveo, un disco del Duque rodaba a 33⅓ revoluciones por minuto, dando mucho más sentido a las copias de Delaunay, Campendonk y Klee que había repartidas por la estancia, mientas el olor mentolado del cigarro de Meroveo se mezclaba con el Pisco y el ajenjo del Hada Verde que bebían todos ellos, tanto Meroveo, como Tábata, como Luján y Girnalda (dueños del piso) y Ernesto y su prima Fierce.

Todos ellos eran soñadores trasnochados de sentido, buscadores de aquello y de esto, pintores y escritores y calculistas y bailarines y bambalines y fierecillas inconformistas ebrias de universalidad; queriendo ser, al fin y al cabo, originales, distintos, ellos, esenciales (de esencia, de alma, de almax y de fragile glass), fondements de la culture, de nouveaux y, por qué no, botschafter der hoffnung.

Y en medio de esta ausente pero hiperrealista situación, realista pero hiperausente situación, ausente pero hipersituación realista a la vez que hipersituación ausente de realismo; en medio de, a pesar de y por encima de se hallaba la tan rechazada y marginada cotidianidad.



postdata






Bla, bla, bla, blah, blah, bleah, bleha, bleba, belba, helba, heabl, bleab, label, ble-ha, babel...

perfecta imperfección

Después de todo, al fin y al cabo, y como dice mi siempre fiel compañero de fatigas Groochie-Scroochie: "hantes de poder hescribir nada, hay que holerlo, sí sí, holerlo con la nariz, como hacen todos los helefantes cuando uno les ofrece cacahuetes con la mano"

¿Holer?, no será más bien oler, además cómo vas a oler algo antes de escribirlo, como mucho podrás verlo, pero olerlo, en fin creo que esto tiene más que ver con la mochila de viajes del viejo Groochie que con ningún tipo de sentencia o jaculatoria para el futuro.

El viejo Groochie siempre llevaba consigo una de esas mochilas desvaidas, de las que si comienzas a estirar de una de sus múltiples hebras, puedes quedarte con los restos de la mochila en las manos, porque al mínimo tirón toda la mochila se deshace en tus manos, como la literatura, como el pasado, como los recuerdos, como el arte.

Porque si estiras del hilo adecuado puedes deshacer siglos y siglos de dedicación, si en vez de escribir, hescribo, puedo deshacer la literatura, y si en vez de cerrar los ojos y verme, cierro los ojos y oigo un suave jazz e imagino y dibujo colores, entonces deshago el recuerdo, porque no soy yo el protagonista de mis visiones.

Por eso estoy convencido de que como decía el viejo Groochie-Scroochie, mi fiel compañero de fatigas (¿de fatigas?), necesito holer lo que voy a escribir, antes de hescribirlo, dejar que recorra todo mi cuerpo, que forme parte de mi presente y de mi pasado, si yo le dejo, y dejar que erosione cada recoveco de mi, y morir en cada palabra y desangrarme en cada escupitajo de tinta negra, porque al fin y al cabo eso es todo, tinta negra que se estira y baila, y se retuerce en pequeñas cascadas y tirabuzones de tinta negra sobre el papel, o peor aun, sobre un píxel (sí, de fatigas).

fraguando las bases de un gran edificio, edifico fraguas a base de grandes... ¡sueños!

PD: Sí, me he leído Rayuela y me encanta Cortázar.

PD2: No, no pretendo ser original ni tampoco horiginal.

PD3: Me he comprado una cámara de fotos, de esta foto en adelante todas serán mías.

PD4: Sí, me encantan las postdatas.

domingo, 21 de junio de 2009

Hipersensitividad


Siento tus latidos como el metal de la trompeta
temblando de emoción antes de escuchar su canto,
puedo oir cada uno de los gramos de aire
que inspiras y que renuevan de vida tus palabras.

Saboreo la lágrima que tímida resbala por tu mejilla
y que me dice que esta noche habrá muchas más como esa.

Puedo ver y contemplar el brillo anaranjado de tus ojos,
que aunque melancólicos, me hablan de primavera y misterio
y misericordia, pulso que late y erosiona tu brío.

Vivifica, hilvanando de esperanza, el sonido de tus pensamientos
fluyendo azarosamente por tu mente despejada y clara el girar del universo
altivo y soberano.

Musa clandestina de exóticos poemas
y misterio perenne.
Hoy veo tu risa, eterna, dulce como vino afrutado.

No te dejes inundar por esa marea grisácea
a la que llaman cínicamente racionalidad,
pero descuida, que yo estaré atento y vigilante
para salvaguardar tus pilares de mármol blanco,
tus fuentes de agua plateada y tu bandera celeste.

Centinela del primer albor de tu belleza
y del último destello de tu aérea esencia.

sábado, 30 de mayo de 2009

Beneficentiae

Quiero transmitirle una reflexión sobre la bondad humana y me he permitido la licencia de hacerlo de diversas formas para que pueda elegir la que se asemeje más a su persona y que le sea más sencillo apreciar. Con esto no trato de poner etiquetas a nadie, más bien todo lo contrario, que cada uno en su orginalidad forme parte de la misma idea.


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Para los que piensan con la cabeza, aman la razón y creen solo lo que ven.


Ya nos encargaremos mañana de la quietud del universo, y déjenme hoy proponerles un nuevo discurso. Y es que de lo que quiero hablarles no es ni más ni menos que de la existencia de la bondad en el hombre y de la medida en la que esta supuesta bondad afecta al transitar del universo.

Parece claro que se observan, o si lo prefieren atisban, en las obras humanas un grado de intencionalidad en ellas. Si efectuáramos ahora una distinción binaria entre dos tipos de intencionalidad y las pusiéramos una etiqueta, obtendíamos dos nuevos adjetivos con los cuales poder clasificar las acciones humanas.

No tendría que pasar mucho tiempo para observar que esta distinción binaria no basta para clasificar el conjunto de las acciones humanas, tanto las presentes, como las pretéritas.

Es por tanto que tendríamos que fabricar una escala, una graduación entre estos dos valores extremos de BIEN y MAL. Nos plantamos ante ardua tarea, pero tratemos de ser asépticos y metódicos en nuestra investigación y propongamos una escala objetiva para este estudio.
Tomemos pues una escala absoluta de 0 a 10 de tal forma que asignemos un valor de esta escala en relación con la proximidad o lejanía del objeto de nuestro estudio a el máximo o mínimo de dicha escala.

Déjenme ahora plantearles un dilema. ¿Sería suficiente esta escala para valorar el conjunto de las acciones humanas, tanto las presentes como las pretéritas, teniendo en cuenta todas las variables que influyen en la decisión previa a la realización de la acción?¿Si aumentáramos esta escala de 0 a 100 bastaría?¿Y de 0 a un millón?

Es claro que si empezamos a valorar estas variables encontraríamos algunas como: la voluntad de hacer bien o mal, la educación previa recibida por el individuo, la cultura en la que se encuentra el individuo, sus creencias religiosas, su moralidad, los posibles efectos primarios y secundarios de su acción... Parece claro que no hay forma, ni la habrá jamás, de hacer un análisis exhaustivo de la intencionalidad de las acciones humanas teniendo en cuenta todas las variables que afectan a este proceso y eligiendo una escala apropiada para su correcta clasificación.

Entonces debemos concluir que no existen acciones puramente buenas o puramente malas. Con esto no quiero inducirles a un relativismo moral, ni mucho menos; pero si quiero concluir afirmando que, y ahora voy a ser subjetivo, la bondad de la acción realizada por cualquier ser humano debe ser medida por el amor que se imprimió al realizar esa acción. Porque si bien saben, como afirmábamos en nuestra clase de ayer, es el amor la fuerza más poderosa del universo. ¿Se acuerdan cómo llegábamos a esta conclusión ayer?


Simplemente recordarles para los que no vinieron, que la única cosa en este mundo que hace sacar a relucir los mejores talentos y cualidades de las personas únicamente es el amor.

Muchas gracias caballeros.


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Para los que aman la música y creen que una canción cambiará el mundo





Y es que la bondad suena y resuena límpida y pulcra y este es su himno.


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Para aquellos para los que una imagen vale más que mil palabras






Compartir en la pobreza siempre ha sido la virtud más perfecta.


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Para aquellos para los que mil imágenes valen más que unas pablabras






la esperanza para el futuro...


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Para aquellos para los que diecisiete sílabas valen más que cualquier imgen y cualquier sonido



pequeño brote

inmanente, perfecto

árbol de vida



* * *


don pacífico

que ígnea firma imprime y

sana en silencio




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Para aquellos para los que diecisiete sílabas son pocas para esbozar nada


Si falta la inocencia se desdibuja
la belleza del vivir extraordinario,
la imaginación del visionario,
y el existir se torna amargura.

Humana inmanencia que silenciosa
ayuda a reparar la malherida
conciencia, irracional utopía
que renuncia a una vida de prosa.

Premio y condena de su tímido amante,
pero condena dulcificada
y premio clandestino y palpitante.

Firma sobre tela no imprimada,
pompa de jabón que asciende brillante
hacia nube esponjosa y satinada.

Rumor intachable y libertario,
fugaz, insigne, puro, literario.

Legatto incesante de gotas de agua
y del ardor de las brasas su ascua.

Inocente retazo de libertad.

Bondad

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Para aquellos que piensan que lo que se quiera decir hay que hacerlo con humor



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Y para aquellos que un relato real de personas reales de carne y hueso es lo único que vale.



(Este relato no trata de ser literal ni en los nombres de las personas ni en las palabras, pero si hacer justicia a la esencia de la historia)



Como cada sábado, me dirigía hacia la casa de la calle Serrano en la que quedábamos todos los sábados a las 20:00. Cuando llegúe, Jorge ya había partido las barras de pan y Fátima ya había calentado el caldo. Me pusé a untar los trozos de pan con queso Philadelphia mientras Sergio ponía salchicas a los bocadillos que ya había untado y Pedro los envolvía con papel de plata.

Cuando todo el caldo estuvo caliente, Andrea lo guardó en varios termos. Ya estábamos listos. Lo metimos todo en los maleteros de los coches y los seis nos fuimos hacia Plaza España. Cuando llegamos, aparcamos donde pudimos y bajamos la comida del coche.

Esa noche era especial, aunque aun no lo sabíamos.

La primera sorpresa. En el subterráneo de Plaza España era el cumpleaños de Vasiliy, uno de los rusos que habíamos conocido la semana pasada. Nosotros lo sabíamos y habíamos llevado una "sorpresa", una caja de Ferrero Rocher, todo un lujo tanto para nostros como para ellos. En cuestión de 5 minutos el lúgubre y triste pasadizo de Plaza España se convirtió en el lugar más alegre que se pudiera imaginar. Yo saqué la guitarra y todos nosotros y las demás personas que allí vivían comenzamos a bailar y a cantar "Cumpleaños Feliz" a Vasiliy, mientras disfrutábamos de los bombones. Fue un lujo de alegría en un mundo de pobres.

Creíamos que el resto de la noche, comparado con aquello, iba a ser más ordinario.

Entonces llegamos a Ópera. Yo fui a hablar con Teresa, la mujer que vende libros a la salida del Metro de Ópera, porque la semana anterior no me dió tiempo.

- Hola Teresa.
- Hola, hola.
- Que tal la semana, ¿ha vendido muchos libros?
- Eh... bueno, no muchos.
- ¿Quiere un bocadillo y un caldito calentito que le traigo Teresa?
- Gracias majo, pero mejor dáselo a aquellos hombres de ahí - me dijo señalando a un grupo de hombres tumbados en los bancos de la plaza - que ¿sabes una cosa? a mi los de ahí... los de Rodilla, me dan algunos bocadillos que ya no van a vender y seguro que aquellos hombres los necesitan más que yo.
- No se preocupe Teresa, no ve que algunos de mis compañeros ya está con ellos, tenemos suficientes bocadillos. Venga coga uno. ¿Le importa que me siente aqui con usted?
- Que va, claro.

Entonces serví dos vasitos de caldo y comenzamos a hablar, más bien, yo comencé a escuchar.

- ¿Cómo me habías dicho que te llamábas majo?
- Juan Carlos Teresa, me llamo Juan Carlos.
- Eso Juan Carlos, sabes, esta semana he ido a la Comunidad de Madrid a pedir los permisos para tener este puesto - dijo señalando la tabla mal-montada con dos caballetes y llena de libros viejos sobre la que reposaban nuestros vasitos de caldo.
- Eso está muy bien Teresa.
- Además me han dicho que me van ayudar a pagarlo, porque cuesta tres mil euros tenerlo en "alquiler".
- Que bueno.
- Porque la diferencia es que yo trato de luchar y seguir adelante, no como otros que solo piden porque son unos vagos.
- Eso tiene mucho mérito.
- Porque yo, cuando estaba casada... Estuve casada con un directivo de X (empresa) y teníamos una casa muy bonita, y no vivíamos nada mal. Lo que pasa es... que ya sabes... las drogas y eso... y el alcohol...
- No se preocupe Teresa, no pasa nada.
- ¡Yo no tomaba nada! Era él. Y luego me pegaba. Unas palizas... Y mírame, que así estoy ahora, tengo una deficiencia mental del treinta por ciento, por las palizas.

Me quedé sin saber que decir. Únicamente podía mirar con ojos de tristeza.

- Pero él fue a la carcel.
- ¿Por el maltrato? - pregunté yo.
- Que va, por estafar a su empresa y robar dinero. El muy desgraciado encima les robaba. Pero en realidad yo no le guardo rencor, al fin y al cabo es una persona y le he perdonado. Pero mi vida cambió, y aquí me ves, con mis libros. Pero salgo adelante. Ahora lo único que quiero es poder tener suficiente dinero para comprar un piso con una amiga mía...
- Ya verá como en unos meses ya no la veo por aquí.
- ... En cuanto tenga un piso voy a dar la mitad de mi dinero a Cáritas, para construir colegios para los niños en África, para que puedan estudiar y ganarse la vida.
- Eso es increible Teresa - dije conteniéndome las lágrimas.

Ella hizo un gesto de no entender mi halago, como si su acción le pareciera lo más natural del mundo. Bebió un sorbo de caldo. Yo otro.

- Bueno Teresa, siempre es un placer. La semana que viene vendré otra vez por aquí, y le traeré algunos libros viejos que tengo en casa. También le traeré una manta, porque ¿tiene frío por las noches?
- No te preocupes... Juan...
- Juan Carlos.
- Eso Juan Carlos. No te preocupes que no tengo frío.
- Claro que sí mujer, que estamos en pleno Noviembre.
- Bueno, pues muchas gracias.
- Adiós Teresa.
- Adiós y que Dios te bendiga hijo.
- A usted Teresa.

Y ella siguió ahí, vendiendo algún que otro libro mientras yo me iba a mi casa.

Hoy en día Teresa ya tiene un piso que comparte con su amiga Carlota, aunque sigue montando su puesto de libros algunas veces. También manda una donación mensual de 400€ a Cáritas para construir escuelas en África.



Y es que la esperanza siempre brota donde menos se la espera.

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Espero que haya podido encontrar en esta entrada al menos una expresión que haya sido de su agrado y mediante la cual haya podido interiorizar una pequeña parte de lo que yo he querido transmitirle.


Muchas gracias por su tiempo.


miércoles, 27 de mayo de 2009

Naturaleza obsesiva



son voces del tiempo que resuenan en la lejanía del retorno de lo bello y lo caótico al compás de la perfecta desordenación del infinito espacio que contrae e inflama los resquicios de la sonoridad absurda de cuanto perturba la estabilidad latente del sopor tibio por saberse hijo del témpano misterioso y majestuoso bañado en la cristalina gloria de la autosimilitud y de diseño austero cuando parpadea el destello purpúreo de la espuma de las olas que embravecidas rompen contra la oscuridad dendrítica que brota límpida del manantial elocuente del anhelo imposible fluyendo hacía el chorro luminoso jamás avistado por lente alguna que refleja el ámbar sísmico universalmente hablando de los patrones iterativos que modelizan la perseverancia natural e inherente al comportamiento vital de los objetos hipercomplejos que podemos observar con detenimiento y regocijo si supiere el intelecto capturar toda aquella masa inerte que desvela la magnificencia y beatitud de los colores que vidriosos rompen la seda del alba vírgen que la conciencia ajena se atreve a encumbrar como filamento pulcro y armónico silbido del metal que resuena indicando la llegada de la hora otoñal que revivirá la fantasía ígnea del incensario humillado porque es ayer cuando se brinda la oportunidad de renacer de las cenizas del humano desheredado mientras granula la esperanza de abarcar la eternidad en un puño fraccional que le permita asir la descarga sónica que clama al vacío rellenando con licor de amor la somnolencia febril que aguanta valerosa el ataque del bravío caos y de la entropía innata de la ilusión pasajera que deslumbra siempre que la sabiduría del arquitecto ordenador de este esbozo de ficción no nuble la nebulosa observancia del polvo cósmico que toma forma de la actualización de la idea de conjuntos no lineales que se entremezclan con la melodía acallada del hálito épico que regentando en nombre de la fluctuación pretérita reclama para sí los bienes del común acuerdo y la común pleitesía hacia ciertas franjas que son a su vez centinelas del hierático estupor reconociendo de esta forma los errores abnegados de la satisfacción ramificada y que flotando desalojan un alto porcentaje estandartes de precisión precisa y su bondad heurística desdibuando entonces la frecuencia sibilina de los túneles y agujeros que permiten la circulación de todo tipo de lenguajes y normas algebraicas por donde antes solo transitaban deambulantes sueños de despertar invernal y de altividad estructural de esta forma se concluye la sentencia limítrofe entre el grupo y la unidad de todos aquellos cráteres diferenciados de sus progenitores en las espirales espirituales de perfección ligada al nudo del abismo inerte del latido pausado y silenciado de el dibujo acotado que asemeja la catársis del olvido que recoge substancia perfilando burbujas y explosiones del tubo resistente a corrientes que asemeja a secciones recónditas de influjos derivados de sincronizaciones obturadas por la diástole más salvaje de la implosión azarosa del substrato enigmático del código privado del estertor que fructifica automatizando todo comportamiento anómalo para un ser de su especie y cuya dimensión no resulta ser más paralela a sí misma que el borrador pasajero y dinámico de lo más ínfimo a lo superlativo de cuanto imagine por los milenios de ayer y mañana


Aparentemente TODO puede medirse,

aparentemente TODO puede preveerse,

aparentemente TODO está ya diseñado.



Pero "aparentemente" NO me vale.

viernes, 22 de mayo de 2009

Goteo vespertino



Laura Guerrero de 5 años tenía un tesoro. Lo guardaba en una caja de cartón duro pintada de morado oscuro, y además le había colocado un lazo dorado encima para darle aún más importancia al contenido de la caja.


Cada mañana limpiaba la caja y la metía en su mochila, junto a sus libros de Matemáticas, Conocimiento del Medio, Religión y Plástica. Nunca se separaba de su tesoro y lo llevaba a todas partes, como si fuera un amigo al que quisiera hacer partícipe de su vida.


Cuando se sentía sola, Laura se abrazaba a su cajita y sentía el tacto sedoso del lazo acariciando su rostro, incluso a veces le servía para subirse encima de él y llegar a cojer sus galletas favoritas de lo alto de la estantería de la cocina, porque su madre siempre se las subía ahi arriba para que no se las comiera todas el mismo día.


Laura había perdido a su padre de pequeña en una explosión que se produjo en la fábrica donde trabajaba, ella no lo sabía, su madre le había contado: "Laura, papá ha tenido que ir a reparar una de las nubes del cielo porque gotea mucho y hasta que no arregle la nube no podrá volver". El padre de Laura era fontanero y en su casa siempre se dedicaba a arreglar los grifos que goteaban, aunque a Laura le encantaba quedarse dormida mientras escuchaba el acompasado sonido del goteo del grifo de su cuarto de baño.


Una vez Sergio, el padre de Laura, le contó que el mayor peligro de los fontaneros y a la vez su mayor satisfacción es que desmonten una tubería, le quiten todas las tuercas y los tornillos y que al volver a montarla, le sobren piezas; le dijo: "Laura, hija mía, si algún día desmontas una tubería y te sobra una pieza, guardala porque te puede servir en otra ocasión"


Cada vez que llovía, Laura pensaba que su padre aún no había conseguido arreglar la nube y que todavía tardaría mucho en volver a verlo.


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Ahora mismo, Laura camina por la calle. Viene de jugar a "princesas" en casa de Mónica. La sonrisa que se dibuja en su carita va embelleciendo la calle y con su suave y tierna inocencia va inunando de paz los corazones agitados que se cruzan con ella. Su padre la ve desde el cielo y llora. Cuando las lágrimas de su padre resbalan por la carita de Laura, ella se agacha al suelo, recoge una tuerca y un tornillo que encuentra al lado de su zapatito y abre la caja.


Mete en la caja el tornillo y la tuerca y mirando al cielo dice: "Papá, ya tengo otra tuerca más para que puedas arreglar tu nube y pueda volverte a ver. Te quiero papá".


Cierra la caja y sigue caminando.


Y el Sol acrisola su pureza.

martes, 12 de mayo de 2009

Maullido trascendente



Es el reflejo argentino del orbe selenita
el que desacompasa el ritmo común de las ánimas
y resucita la desnudez latente
de las palabras repentinamente extrañas

es del fuego su sopor escarlata
el que inflama el quinqué taciturno
el que amasa la rabia del mundo
y que satina la prosa acallada

he quemado algunas verdades
y también descorrido algunos velos,
he pintado sonetos en el cielo
y desmaquillado iniquidades

prometo salvar la risa
cuando el mundo se esclavice
y cuando la libertad se deshumanice
trascender amando


viernes, 8 de mayo de 2009

Firmado: Yo


Querido usted:


No sé si estará ahí ahora mismo para leer esta carta que le estoy escribiendo, ni siquiera se si algún usted la leerá algún día.

Podría narrarle fidedignamente todos los acontecimientos de mis días, desde que nací en Septiembre de 1990 hasta el día de hoy, o directamente hacerle un breve repaso de mi vida; pero es probable que no tenga tiempo para leer un testamento anónimo.

Y como es probable que le falte ese tiempo, también es probable que diariamente pase por alto todos los pequeños detalles que humilde y sutilmente decoran su ocupada vida. Es probable que amanezca ya en el trabajo o en clase y que vea correr el minutero del reloj tan vertiginosamente como ve pasar los rostros anónimos del metro.

De la misma manera es probable que ayer le parezca igual que hoy y que piense que al fin y al cabo la vida sigue y que de eso se trata todo, de vivir. Es probable que se sienta solo en este mundo, que piense que al fin y al cabo las personas fallan y que eso es todo y que hay que seguir viviendo.

Muy probablemente no recuerde quien fue la quinta persona que se encontró ayer a lo largo del día ni tampoco se acuerde del cumpleaños de más de quince personas.

Es probable que hoy haya oido muchos sonidos, pero es más probable que nunca haya escuchado la melodía que nace de las hojas arrastrándose por la acera ni del cabello agitado por el viento.

No se ofenda ni crea que le reprocho nada, porque casi todas estas cosas yo tambien las hago y simplemente trato de mostrale con ternura algunas de las cosas que son más importantes en mi vida.

Me gustaría creer que alguna vez ha sentido esa sensación de hogar confortable que le recorre todo el cuerpo al abrazar a un desconocido o que ha llorado una lágrima cuando olió por primera vez el olor de una vela encendida.

Y me haría inmensamente feliz saber que usted cree que el amor es la fuerza más grande.

Me encantaría pasar horas con usted hablando en un parque y poder descubrir, si me dejara, todo lo que le apasiona, lo que sueña y lo que olvida; pero es probable que Dios aun no haya cruzado nuestros caminos y digo probable, porque también es probable que le conozca, ya que mi carta no tiene más destinatario que usted, el que ahora lee estas palabras.

Probablemente se preguntará qué quiero decirle con esta carta, porque remover conciencias nunca ha sido mi meta ni creo que tenga derecho a hacerlo.

Asique lo único que quiero decirle con esta carta es que le amo, plenamente y con lo más profundo de mi alma y de mi ser, que amo sus inseguridades y sus inexperiencias de la misma manera que amo sus victorias y sus anhelos, que aunque no le conozca, y es probable que nunca llegue a hacerlo, le amo, sin máscaras y sin apariencias, con su historia y con su magia, con su inigualable originalidad le amo.


Hoy y siempre, le amo.


Sinceramente

jueves, 16 de abril de 2009

Oasis metropolitano




Me detengo una vez más ante las baldosas rosáceas de la puerta Oeste del Parque Fisbert. El elegante kiosko de la esquina se confunde con un farolillo y la mujer que lee la revista que acaba de comprar lleva un vestido naranja.

Desde donde estoy ahora mismo puedo aspirar las fragancias del metropolitano jardín ante el que me encuentro, puedo oler las fuentes de agua fresca, la hierba, el sauce llorón de detrás de los bancos de piedra, los patines de los niños, los remos de las barcas, el maquillaje del mimo y la boquilla del hombre ciego del saxo.

Una vez dentro, me descalzo y dejo que mis pies acaricien la gravilla, camino un rato por el simple placer del tacto de la gravilla. Ahora simplemente me guian mis pies y mi nariz.

Huelo "La espuma de los días" que está leyendo un jóven de cabello largo y me dirijo hacía allí. Mis pies ahora bailan sobre césped verde y tierno, mientras el aroma de la novela de Boris Vian me seduce.

En mi camino, se cruza el aroma de una ardilla tratando de masticar un chicle del suelo. Y aunque mis pies me guian hacia la hierba que acaban de regar, sucumbo al olfato y me dirigo hacia la vigorosa ardilla.

De pronto se acerca una pequeña niña con más helado de chocolate en el vestido y en los labios que en el barquillo. Me toma de la mano y me lleva junto a una farola en la que se ha enganchado su globo verde. Sin decirnos una palabra recupero su globo y ella me recompensa con una tierna marca de chocolate en mi mejilla.

Compro una limonada y me tumbo en la hierba a contemplar las nubes que recitan para mí un soneto primaveral, mientras una pareja se funde en un beso sostenido.

Es entonces cuando amo a mi familia de desconocidos que cada día atisbo a las 6 de la tarde en el parque, cuando me enamoro de todas sus manías y costumbres, cuando me enternezco con sus rostros ajenos y con sus olores indiferentes, cuando adoro sus estelas para formar mi familia de desconocidos.

Gente demasiado especial o demasiado común para cruzar el parque a las 6 de la tarde, gente demasiado extraordinaria o demasiado rutinaria para ir dejando su huella en la hierba, y gente demasiado niña o demasiado anciana para hacer elocuente eco de la boreal primavera.


miércoles, 15 de abril de 2009

Veritas






febril dulzura dibuja
la caricia de su corazón diáfano y frágil,
y graba a fuego lento
libertad infinita y débil.


amor cristalino y límpido,
que estremece la tibiedad,
que se desprecia y se niega
para sembrar vida a cambio de muerte.


perfume de hogar,
fuente de intimidad inmaculada,
fuego que inflama conciencias
y regala fortaleza humillada.


oasis vírgen,
gratuito hasta la desconfianza,
hoja en blanco cada mañana
y aliento renovado y fresco.


silencio y brisa
como potente pregón
y harapos jironados
como prenda y estandarte de su amor.



martes, 31 de marzo de 2009

Latidos



El 31 de Marzo de 1983 a las 21.56h, Helgi Sveinbjargarson bañaba a su hijita Þóra Helgadóttir en el 24 de la calle Bragi Páll, en el centro de Mosfellsbær, una ciudad modesta a 17km al Norte de Reikiavik. Helgi frotaba el cuerpecito de su hija de dos años mientras recordaba que al día siguiente probablemente perdiera su trabajo, y mientras las motas de espuma resbalaban por la espalda de su inocente hijita, Helgi no dejaba de hacer cuentas y de preguntarse como se las apañarían para llegar a final de mes.


Su esposa llevaba 3 meses ingresada en el hospital por un trágico accidente de tráfico y Helgi se desvivía por que recibiera los mejores cuidados posibles. Trabajaba 14 horas al día en un taller de reparación de tractores y otros vehículos agrícolas y con las míseras 70.000 krónas que sacaba al mes mantenía a su esposa en el hospital y a su hija en la escuela de Varmárskoli.
Casi inconscientemente aclaraba los dorados cabellos de Þóra mientras ella jugaba con el bote de champú vacío en el agua tibia de la bañera. Cuando hubo terminado la sacó de la bañera, la envolvió con una toalla verde oscuro y mientras ella se ponía el pijama Helgi comenzó a preparar la cena. Þóra eligió su pijama de nubes porque el de flores estaba sucio del desayuno de esa misma mañana.


Helgi abrió la despensa y observó lo vacía que se encontraba y se preguntaba como se iban a alimentar el resto del mes. Þóra jugaba con los calcetines, como si fuesen dos aviones que cruzaban el cielo. En estos aviones los pilotos no iban en la cabina, sino subidos encima de las alas. En un avión iban su padre y su madre y en el otro ella. Se echaban carreras surcando el cielo.
Mientras cenaban, Helgi estaba decidiendo llevar a su mujer a un hospital más barato y empezar a vender algunos de los cuadros que su abuela le había legado. Þóra dibujaba letras en el puré, haciendo surcos con la cuchara.


Cuando hubieron acabado de cenar, Helgi se inventó un cuento para su hija, como hacía todas las noches, esta noche el cuento estaba cargado de la melancolía y la tristeza en la que se encontraba embebido. El cuento trataba de un caballo que tenía que deambular solo en el desierto y que iba cantando mientras observabacomo huía su lánguida sombra.

Cantaba:


"Viajo sin rumbo ni gloria,

sin fatiga en mi demora,

el aliento de la soledad,

basta para mi honra.


Cuando alcance a descansar,

la brisa mecera mi cola,

y el alma del desierto llorará

el calor insipido de la historia..."


Cuando ya se hubo dormido Þóra, Helgi acarició el rostro de su hija, tan ignorante de lo crudo de la vida y rompió a llorar. Þóra se acercó a su oido y tras besarle la mejilla le susurró:
"Mañana volaremos mamá, tu y yo, alli a donde no hay krónas, ni tractores ni hospitales. Te lo escribí antes en el puré pero tu ni te diste cuenta. Sécate las lágrimas papá".


El 31 de Marzo de 1983 a las 22.47h se produjo un latido que no se perdió en lo inmenso del universo.


viernes, 27 de marzo de 2009

Épica bajo el fluorescente




Las tenues luces encima del espejo iluminan la soledad y eco del silencio que le rodea. Ella mientras tanto se quita los zapatos; hoy ha sido un duro día. Ahora frente al espejo, y rodeada de trajes y maquillaje, observa la imagen especular de su rostro aun decorado por las pinturas.

Sutilmente una melodia en el piano le llega del escenario. Otra vez Victor está acariciando ese viejo piano, pero ahora cree que nadie le oye y eso lo hace aun más mágico. Ella con un zapato ya en la mano y el otro aun por desanudar se detiene un breve instante a apreciar la sutil magnificencia de ese momento, fugaz al universo.

Se imagina bailando en un escenario de Berlin, aunque en el que lleva toda la mañana no es nada despreciable, y oye los aplausos de un público ávido de un trago de estética visual.

En ese mismo instante siente que la música fluye por sus venas arrancándole los restos de ego e impregnádole una humildad clara y límpida y pura como la nieve virgen de las cumbres del mundo.

En la pobreza y la ruina de ese viejo teatro, de ese viejo piano, de esas viejas butacas, ella desvela uno de los enigmas superlativos de la ignorancia humana: el porqué del sacrificio.

Horas y horas de ensayo y entrenamiento por perseguir un sueño selenita, por sentir el cálido beso de los focos y el hogareño y acogedor sonido de los zapatos resbalando por el escenario.

Se desanuda el otro zapato con fruición mientras los dedos de Victor van finalizando su pausado baile vespertino sobre el marfil del piano.

Ya está lista para asumir la derrota pretérita, y lo que es más valeroso y admirable aun, asumir la derrota futura.

lunes, 9 de marzo de 2009

Fragilidad estival



Macarena vive sola, y como vive sola no escucha a nadie ducharse antes que ella, y eso le entristece, porque de pequeña escuchaba a su padre ducharse para ir a trabajar y ella mientras desperezaba sus miembros entre las sábanas.

Julio vive solo, y como vive solo no encuentra el brick de leche a medio acabar y eso le alegra, porque de pequeño, su hermano Javier siempre dejaba unas gotas de leche en el brick por no tirarlo a la basura.

Mónica vive sola, y como vive sola no le recibe un apetitoso olor a comida cuando llega de trabajar; tiene que conformarse con la comida precocinada que descongela en el microondas, y eso le entristece porque de pequeña jugaba a adivinar lo que había cocinado su madre mientras subía las escaleras de su edificio.

Alejandra vive sola, y como vive sola no se encuentra los crucigramas del periódico hechos, a menos que la noche anterior los hubiera resuelto mientras la televisión pseudoemitía pseudoprogramas pseudointeresantes, y eso le alegra porque, de pequeña, su madre siempre resolvía los crucigramas mientras preparaba la cena, y por la noche Alejandra tenía que tragarse lo que ponían en la televisión porque no podía entretenerse con los crucigramas.

Fernando vive solo, y como vive solo no deja notas en el frigorífico notificando de una inesperada cita y de "No me espereís para cenar", ni tampoco de "Te he dejado el libro encima del toallero", y eso le entristece porque de pequeño le gustaba dejar notas a su madre, "He aprobado Conocimiento del Medio, me voy a montar en bici"



jueves, 5 de marzo de 2009

El corazón de las palomas

Es ese ave estúpida que solo posee instinto para huir despavorida del inocente juego de los niños, que se acerca confiada a recoger unas migajas de manos extrañas y que deposita su excrementos donde le viene en gana mientras vuela sin rumbo definido.

Animal irrespetuoso e ignorante, que se resigna a observar impasivo desde su aposento el transitar de la ciudad, que con silbido altivo y soplido enjuto desprecia el aire que respira.

Ojos insaciables de imágenes intermitentes que se superponen en una vorágine de celosos y fastuosos fotogramas.

Pero es el corazón de esta ave el único que no es colorado sino morado y que, cubierto de niebla purpúrea, anima y revive la urbe, agiliza el ritmo desacompasado de la rutina y baila tango con la mediocridad.

Ujier tenaz de los desheredados y centinela perezoso del cielo estrellado.



martes, 17 de febrero de 2009

marca la diferencia

porque es el sonido del agua lo que marca la diferencia

entre ser vivo y estar vivo,

porque es la poesía que arrastra el aire lo que decide

si el alma huye o se queda,

porque es el olor de la nieve y el tacto del sol

lo que provoca que se erizen las sílabas.

porque te gusta desvestirme con bufanda

y cubrir mi piel con domingos libres,

porque la libertad se escurre cuando,

después de verte reflejada en ella,

tratas de cogerla.

porque danzas esperando a que el tiempo se pare,

y porque sueñas que las nubes te hacen cosquillas en los pies

por eso y mucho menos te amo.

jueves, 12 de febrero de 2009

volver a



continuo crear y destruir, continuo volver a comenzar
y volver a despertarse.

volver a perfilar el dibujo acabado y volver a soñar
cuando has despertado.

volver a confiar y volver a conocer
volver a descubrir

continuo caer y levantarse, continuo abrir puertas
y continuo cavar tunel

decidir luchar contra el mismo obstaculo que ayer y que antes de ayer
y que de toda tu vida hacia atrás

soprenderse con el olor a rutina y con el sabor de lo diario
y lavarse la cara con agua nueva por la mañana

porque mañana será igual, con sus retos
y como la vida es un continuo
la vida es dinámica
y eso le da sentido

pero ahora
libertad







viernes, 6 de febrero de 2009

Nochjazz



vuelve la noche a buscar
los restos de una humanidad descosida,
como siempre encontrará
silencio y sueño en la bahía
de los ignorantes, donde muere
el aliento de un querer que late
inflamando la vida

vuelve la noche a inspirar
reflejos y destellos de mediodía,
ocultando al ojo distraido
la suave brisa que perfuma
el orbe, y oculta la melodía
de quienes velan y no duermen
trasnochados de osadía

vuelve la noche a revolucionar
ardientes deseos de libertad infinita,
que en la más ínfima fracción de tiempo
se disuelven en las vacilantes sombras
de los que duermen,
aguarda el momento de la palabra
y de la suerte nunca escrita

vuelven las marionetas a dormir de noche
ajenos a que la propia noche
oculta y desvela,
realza y empobrece,
ama y espera más que el propio día

jueves, 5 de febrero de 2009

Let Go - A capella

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero a veces siete voces valen más que mil imágenes.

miércoles, 4 de febrero de 2009





Parece ser que el mundo no deja de girar con los fracasos.

martes, 3 de febrero de 2009

Mercado de Sueños




Gerardo deambulaba por las calles de Lavapiés como cada martes.

De pequeño siempre había soñado con tocar el Saxo. Había crecido escuchando a los grandes del Jazz y siempre pensó que podría dedicarse a la música, que sería un gran compositor y que la gente podría disfrutar de su talento.

Aunque Gerardo siempre había sido un tipo honrado hacía bastantes años que se había desencantado del mundo. Mataba el tiempo recogiendo billetes de metro gastados, agujereados, troceados, pintados y que habían sufrido toda clase de torturas nerviosas por parte de sus portadores, mientras viajaban con prisa de una punta a otra de la ciudad.

En eso ocupaba su vida para no darse cuenta de que la vida se le escurría entre los dedos, como cuando uno trata de llevar agua en las manos, que la consistencia del líquido frustra todos sus proyectos y huye deslizándose entre sus dedos.

Por ser martes le tocaba dormir en el banco de la calle de la Fe, pero prefirió quedarse en la calle Zurita.

Esa noche en la calle Zurita apenas pudo dormir. A la mañana siguiente se despertó con un sobre a su lado. Lo inspeccinó y tras ver su nombre en el dorso pensó que a algún otro Gerardo se le debía haber caído durante la noche.

Pero como no tenía ni dirección ni ninguna otra seña decidió abrirlo. Por un momento pensó que podría ser para él.

La carta decía lo siguiente:

"Querido Gerardo:

Tenemos el placer de comunicarle que en este sobre le hemos mandado el cheque al portador que nos habían encargado para usted. Nos dijeron que sería de su agrado y esperamos que así sea.

Reciba un cordial saludo.

Mercado de Sueños
"

Gerardo no pudo evitar extrañarse. Nadie le conocía, nadie sabía su nombre y nunca jamás nadie le regalaría un cheque asi como así. Además, Mercado de Sueños, seguro que era una broma de algunos chavales que le debían haber visto durmiendo en la calle. Malditos ricos de mierda, se creen que pueden hacer lo que les dé la gana - pensó.

Cogió el cheque y lo rompió sin leerlo.

Al la mañana siguiente otra vez el mismo sobre se encontraba bajo su cabeza. Lo rompió sin leerlo.

Durante una semana el mismo sobre amanecia junto a él y durante una semana se negó a aceptar esa broma de mal gusto.

Un día mientras examinaba un billete de metro al que habían arrancado la banda magnética, un niño se le acercó y tras darle un beso en la mejilla le dejó un sobre en las rodillas.

Gerardo no pudo evitarlo y lo abrió, y la carta decia:

"Querido Gerardo:

Nos ha extrañado mucho que no haya aceptado venir a nuestro establecimiento a hacer efectivo su cheque. Siguiendo los consejos de la persona que se lo envía hemos accedido a seguir intentándolo. Él nos dijo que se encargaría de que usted lo leyera. Siendo así, usted encontrará el cheque dentro de este mismo sobre.

Reciba un cordial saludo

Mercado de Sueños
"

Gerardo plegó la carta y la guardó en uno de sus bolsillos. Sacó el cheque del sobre y leyó:

Destinatario: Gerardo

Valor: Oportunidad para ofrecer al mundo su talento musical.

Hacer efectivo en: Mercado de sueños

Pensó que realmente alguién se debía haber equivocado, el nunca pudo aprender música y menos aun comprar un saxo. Decidió ir a ese "mercado" a notificar que el cheque era erróneo y que había un Gerardo por el mundo que estaba perdiendo su gran oportunidad.

Siguió las señas del cheque y llegó a una calle que no había visto nunca. Leyó el letrero: Mercado de Sueños.

Sin creerselo aun demasiado entró.

La tienda tenía un mostrador de madera al fondo y el resto de ella estaba cubierto de estanterías con libros de todos los tamaños. A la izquierda habia una escalera de caracol que conducía a un segundo piso con más estanterías. Se acercó a curiosear los títulos de los libros. "Viajar al espacio", "Ser poeta", "Luchar por la paz". Éste último le parecío interesante. Lo abrió y comenzó a echar un vistazo. Más o menos por la mitad del libro pudo ver fotos de Gandhi, de su infancia, leyó su biografía y al final de ese capítulo ponía: "Cliente satisfecho".

Entonces entro un señor bastante mayor que con voz acogedora le preguntó:

-Gerardo, sí. Te estaba esperando.

-Mire señor, er... Ha debido haber una equivocación porque...

-Ninguna equivocación Gerardo- respondió muy sereno.

-Pero es que en el cheque pone que es mi gran oportunidad para mostrar al mundo mi talento musical y yo ni siquiera pude estudiar música. Ni siquiera tener un saxo entre mis manos. -contestó apresuradamente.

-¿Pero es que acaso crees que los grandes sueños vienen de pronto como un huracán?¿Crees que Charlie Parker pasó de la noche a la mañana a deleitar al mundo con su saxo? ¿Crees que Neil Armstrong pisó la luna el mismo día que se lo propuso?¿Crees que Cervantes escribió su Quijote o que Monet pintó su Puente de Argenteuil cuandó se imaginó que podía hacerlo? ¿Crees que Gandhi no dudó que sería capaz de vencer sin violencia?

-Ya pero yo... Es decir, míreme, apenas se leer y menos escribir, deambulo por las calles entreteniendome con cualquier tontería...

-Precisamente es de los humildes de los que se esperan cosas grandes. Que un sueño sea grande no quiere decir que sea para personas grandes, sino para grandes personas.

Y al decir esto desapareció, al igual que su tienda y toda la calle. Gerardo se quedo en medio de un callejón viejo y sucio aun impactado por aquella extraña visita.

Estuvo toda la tarde cavilando sobre las palabras de aquel anciano. Sin darse cuenta de que era martes, se acostó en la calle Zurita.

Cuando estaba en la frontera entre el sueño y la vigilia se acercó un niño, besó su mejilla y le dijo al oido:

"Pero señor, ¿es que no ha aprendido nada?¿cuántas cartas más tiene que recibir para levantarse y luchar por su sueño? No sea tonto y acompañeme a la calle de la Fe, que hoy es martes y ahí se duerme mucho mejor"

domingo, 1 de febrero de 2009

Almas al desnudo ( I )





Mathieu Pfenninger se acababa de mudar a Lucerna. Una ciudad maravillosa sobre el río Reuss.

Mathieu aun se mostraba algo reticente al cambio de aires, él siempre había sido una persona que le gustaba tenerlo todo controlado, tener la tranquilidad de que en su nevera siempre había cerveza Appenzeller Bier y queso de Guntershausen.

Todavía pensaba que Lucerna era pequeña para él, que el mundo se abría a sus pies y el aún estaba en su país natal y en una ciudad de no más de 60.000 habitantes.

Esa noche, como su piso estaba aun por organizar decidió salir a cenar fuera. Caminó sin rumbo fijo guiado más por su estómago que por su deseo y mientras cifras de cotizaciones cruzaban su mente acabó por entrar en el restaurante Hofgarten. Pidió una fondue de queso y una copa de vino.

La noche estaba fresca y bastante animada, pero no lo suficiente como para sacar a Mathieu de sus ocupaciones.

En la mesa de enfrente Fabienne esperaba a su hermana para cenar y la familia Grob celebraba el cumpleaños de la hija menor en la mesa de detrás.

Cuando hubo acabado de cenar volvío por el mismo camino a su piso sin reparar en el músico que perfumaba la calle con el sonido de su acordeón ni en la señora que vendía marionetas debajo de su portal.

Fabienne regresó a su piso tras acompañar a su hermana a su casa y la familia Grob se fue al hotel en el que se alojaba esos días.

Mathieu no consiguió conciliar el sueño hasta que no hubo visualizado todo lo que tenia que hacer al día siguiente.


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Una mañana de sábado como cualquier otra. Mathieu ya sabía todo lo que tenía que hacer esa misma mañana porque le llevó su tiempo la noche anterior. Todo estaba perfectamente controlado.

Salió de su piso y se dirigió al ayuntamiento para empadronarse en la ciudad y tras un café rapido en el Cafe Panorama llevó sus pasos al concesionario de Renault del final de la calle. Fabienne se cruzaba con él en la puerta del Cafe Panorama mientras se dirigía a dar clase de pintura al otro lado del río.

La familia Grob continuaba su viaje hacia Neuchâtel.

Finalmente Mathieu consiguió a buen precio un Renault 11 y después de hacer una compra con todo lo que a él le gustaba volvió a casa y llenó la nevera.

Fabienne acabó como siempre hasta arriba de pintura, porque los niños disfrutan más pintándose unos a otros que pintando el aburrido lienzo, y eso a ella le parecía simplemente arte.

Esa tarde Mathieu sacó su ordenador de la caja de mudanza y lo ubicó encima de la mesa de su dormitorio. Parecía que todo empezaba a tomar forma aunque él se empeñara en que debía ser provisional.

Revisó sus cuentas y leyó sus correos mientras disfrutaba de una Appenzeller Bier. Todo estaba en orden. Le embargó una sensación extraña que se le antojaba de victoria, de triunfo...

Fabienne llegó a casa rendida y tras una relajante ducha sacó su violín para continuar estudiando. Desde los 7 años Fabienne tocaba el violín y aunque nadie lo sabía todavía, el mundo no sería el mismo desde que Fabienne decidió un 7 de Noviembre comenzar a tocar el violín.

Esa noche Mathieu se dirigía a visitar a un viejo colega de la infancia que vivía al otro lado del río. Fabienne al mismo tiempo cruzó el puente de Kapellbrücke para devolver a su hermana la película que le había prestado la noche anterior, Amor en conserva de los hermanos Marx. Cuando se cruzaron nada extraordinario ocurrió, como las veces anteriores, pero Mathieu se detuvo y contempló por primera vez el puente de Kapellbrücke.

El puente fue construido en el siglo XIV con el propósito de controlar el acceso y salida a Lucerna. Estaba hecho íntegramente de madera y aun conservaba algunos de los frescos en los paneles de madera de su interior. A los lados brotaban las macetas repletan de geranios que otorgaban un aire elegante y embriagador al puente. Mathieu se asomó por un costado y vió un cisne bailando elegantemente con el reflejo de la luna sobre el río Reuss.


Ese día algo cambió dentro de Mathieu. Lucerna le enamoró.

sábado, 31 de enero de 2009

Inexorable vacio







Un segundo.



Contiene el aire...

Se balancea hacia delante y deja arriba la cornisa del edificio.


Está cayendo desde lo más alto. Va descendiendo, quizá con miedo o quizá con una inmutable tranquilidad. No sabe muy bien porque pero parece que el estómago quiera abandonar su cuerpo.



Desde ahí se ve toda la ciudad, a esta hora de la noche parece tener casi más actividad que durante el día. Que nocturno es el ser humano.



Dicen que en esos momentos tu vida pasa por delante de ti, pero nada de eso pasa por su cabeza.



El viento acaricia todo su cuerpo y ella sabe que nació para eso.



Ya está llegando el suelo, cada instante está más cerca.



Recuerda cuando era niña y se lanzaba al vacio desde una mesa. Siempre aterrizaba con suavidad. ¿Por qué no iba a ocurrir lo mismo ahora?



Estaba claro que este era el mayor "salto" de su vida.



//Yo la veía caer desde arriba...



Por un momento casi me siento culpable.//



Allí a lo lejos veía su casa, el edificio gris oscuro con vigas rojas. Lo iba a echar de menos, o quizá no. A quien seguro que echaría de menos era a su vecino de abajo, tenía la casa llena de pájaros y cada vez que ella entraba en aquella casa se sentia como en familia, rodeada por la atmósfera que la casa del Señor Tarbouiller despedía.



Ella pensaba: Que cerca está el suelo ya.



Tres, dos, uno...



Oscuro. Silencio



Entonces yo bajé los ochenta y cuatro pisos del edificio. Salí a la calle y alli estaba su cuerpo inmóvil. Por un momento creí que algo malo habia ocurrido.



Me acerqué a ella, recogí mi pluma del suelo, le quite una mota de polvo que se habia pegado a su cuerpo, la metí en mi bolsillo y apunté la altura del edificio.



Definitivamente, este habia sido su mayor salto.