Es ese ave estúpida que solo posee instinto para huir despavorida del inocente juego de los niños, que se acerca confiada a recoger unas migajas de manos extrañas y que deposita su excrementos donde le viene en gana mientras vuela sin rumbo definido.
Animal irrespetuoso e ignorante, que se resigna a observar impasivo desde su aposento el transitar de la ciudad, que con silbido altivo y soplido enjuto desprecia el aire que respira.Ojos insaciables de imágenes intermitentes que se superponen en una vorágine de celosos y fastuosos fotogramas.
Pero es el corazón de esta ave el único que no es colorado sino morado y que, cubierto de niebla purpúrea, anima y revive la urbe, agiliza el ritmo desacompasado de la rutina y baila tango con la mediocridad.
Ujier tenaz de los desheredados y centinela perezoso del cielo estrellado.
1 comentario:
Madre mía, Alfredo
me encanta tu blog, qué descubrimiento tan bello...
te seguiré leyendo
mua
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