miércoles, 12 de mayo de 2010

Oda 33



Abandona alma mía este cuerpo
pues de infinito crudo estás hecha
y cada fibra de mi ser sospecha
y se emociona con el trémolo argentino
de todo himno apasionado y sincero.

Saborea alma mía este paseo
pues humilde rúbrica espera
a quién a buscarla se acerca
desvelando la belleza del platino,
de la madera, del tango y del cuero.

Resiste alma mía una batalla más,
pues urgida has sido a defender la brecha
aun desangrada y maltrecha,
ya que el amor te anima
y que de amor ebria estás.

Entona alma mía un nuevo canto,
que sea timón y punta de flecha
para defender a los que el mundo acecha
susurrando quimeras de humo,
canto que sea expresión de lo más audaz.

Consúmete alma mía en el ardor de este fuego
como gota que se pierde en el mar inmenso,
como espiga dorada llevada por el viento,
como rayo de sol en el frío invierno
y como niño arrojándose en brazos de su Padre atento.

3 comentarios:

Pininfarina dijo...

Si me acerco mucho a ti... crees que me contagiarás algo de tu magia???

Negrevernis dijo...

Silvio ha formado parte de mi pasado más lleno de corazón y de mi presente más rabioso y tímidamente rebelde (no sé si sigo en edad de fuertes rebeldías... siempre preferí el segundo plano).

Yo siempre he sido Casiopea y deseo un estallante ramo de flores.

Por cierto, ha sacado nuevo disco.

Veo que también en la red eres resplandeciente. Un abrazo enorme.

Pininfarina dijo...

Se te echa de menos por aqui...